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Cuando éramos solteros no teníamos que compartir nuestras resoluciones con absolutamente nadie. Una vez casados hemos integrado nuestra vida a la de nuestro cónyuge, y de ahí que tenemos que edificar una nueva familia, intentando reconciliar diferencias, encontrando puntos de concordancia y agrupando criterios.

Cuando se hace una marca curva en el pecho por medio de las 5 uñas, tiene por nombre ‘pie de pavo real’. Esta marca se hace con el objeto de ser alabado, en tanto que requiere un sinnúmero de habilidades para hacerlo correctamente.

La enorme desventaja es que no resguarda contra las enfermedades de transmisión sexual. Además, requiere que la mujer conozca sus genitales, para introducir los dedos en la vagina y poder palpar las colas.

Hoy día, en muchas s del subcontinente indio y Myanmar, el masaje se conoce como ‘champu’ y es de esta palabra que viene la palabra inglesa moderna ‘shampoo’, siendo exactamente los mismos movimientos de amasamiento y frote del masaje y el lavado.

La mujer en cambio es más olfativa que visual. Ustedes todo lo huelen primero. Esto es un condicionamiento milenario. Como ya comentamos ya antes, las mujeres emplean el cerebro límbico que es el cerebro mamífero.

Cuando creemos que descubrimos todo de alguien, empezamos a buscar cosas nuevas en otras personas, sin darnos cuenta que esa mujer de la que creemos que sabemos todo, aún tiene un mundo completo por descubrir y es tan amplio que jamás lograremos conocerlo por completo.

Si tu Realidad es más fuerte, será ella quien participe de esta. Por eso, si tu tienes algún asunto por solucionar, si no lo tienes muy claro, es muy posible que se acoja a esa de ti, pues es más similar a aquella realidad en la que vive.

Lo que basa el valor del objeto en que se convierte la pelea por los hijos es solamente el hecho de que el otro los quiere acaparar para sí mismo. Esto suele ser muy complicado de admitir por los que se embarcan en estas guerras

No podemos ni tan siquiera indicar de qué pueden depender tales alteraciones temporales de los procesos evolutivos. Se abre aquí una visión sobre una falange de inconvenientes biológicos y quizás históricos, a los que no nos hemos acercado todavía lo suficiente para empezar un combate.

La explicación se ilustró cuando exactamente la misma chiquilla hizo bajar a unos despistados espectadores de la grada y, tras hacerles tomar un poco de chocolate, les preguntó si se habían excitado. Ellos, felices y con marcas de cacao en el bigote, respondieron al unísono: ¡Síííí, mucho…!.